Crece el temor a un ataque de Irán contra objetivos israelíes luego de que el gobierno Benjamin Netanyahu asesinara a líder Hamas en un ataque con drones en Teherán.
El ataque de Israel a Irán, en un operativo en el que asesinó al líder de Hamas, Ismail Haniyeh, aumentó todavía más la tensión en Medio Oriente y gran parte de la comunidad internacional trabajan para intentar evitar una escalada que arrastre a la violencia a otros países de la región.
«Estamos inmersos en una intensa diplomacia día y noche con un mensaje muy simple: todos los protagonistas deben evitar la escalada», advirtió el jefe de la diplomacia de los Estados Unidos, Antony Blinken, luego de una reunión de emergencia convocada por el presidente Joe Biden en la Casa Blanca.
El secretario de Estado estadounidense pidió una tregua en la Franja de Gaza donde Israel lanzó una cruenta invasión que ya provocó cerca de 40 mil víctimas fatales, la mayor parte de ellos mujeres y niños, como respuesta al salvaje ataque del grupo terrorista en territorio israelí el 7 de octubre que dejó unas 1.200 víctimas fatales y más de 250 fueron tomadas como rehenes, de los cuales de los cuales 111 siguen secuestrados en Gaza y cerca de 40 murieron.
En esa línea el presidente Biden habló el lunes por teléfono con el rey Abdalá II de Jordania.
Blinken conversó a su vez con el primer ministro de Qatar y con el ministro de Relaciones Exteriores de Egipto. También habló con el primer ministro de Irak, ante la posibilidad de ataques de grupos armados iraquíes respaldados por Irán.
En tanto, el presidente francés, Emmanuel Macron, su homólogo emiratí Mohamed bin Zayed al Nahayane y el príncipe heredero saudita Mohamed bin Salmán pidieron a su vez a «todos los actores» de Oriente Medio «responsabilidad y moderación».
Tal como era de esperar, el conflicto atizó las tensiones en la región entre Irán y sus aliados, por una parte, e Israel, por otra. Este era, en última instancia el objetivo final que perseguía Hamas con su violenta incursión en el sur de Israel en momentos en que el gobierno de Benjamin Netanyahu acercaba posiciones con otros países de la región.
Estos enfrentamientos se intensificaron tras la muerte el 31 de julio en Teherán de Haniyeh y del jefe militar del Hezbollah libanés, Fuad Shukr, en Beirut.
Israel reivindicó el ataque que mató a Shukr, a quien acusó del bombardeo que dejó 12 jóvenes drusos muertos en Majdal Shams el 27 de julio, en los Altos del Golán anexados por Israel,
Las autoridades israelíes no se adjudicaron sin embargo el ataque que mató a Haniyeh. Pero Irán, Hamas y el Hezbollah libanés lo atribuyeron a Israel y prometieron responder.
Escalada de la violencia
El presidente de Irán, Masud Pezeshkian, advirtió el lunes que su país no busca «extender la guerra», pero que Israel «recibirá sin duda una respuesta a sus crímenes y a su arrogancia».
En tanto, el líder del Hezbollah, Hassan Nasrallah, advirtió a su vez que Israel había cruzado «las líneas rojas» y que una respuesta al bombardeo que mató a Shukr era «inevitable».
Tanto el movimiento islamista libanés como los rebeldes hutíes de Yemen, respaldados por Irán, abrieron frentes contra Israel desde que empezó la guerra en Gaza, en «apoyo» a los palestinos.
En la frontera entre Israel y Líbano, los intercambios de disparos son casi diarios. Cuatro combatientes del Hezbollah murieron el martes en un bombardeo israelí en el sur de Líbano.